les cuento lo que me pasó apenas. Iba caminando por Mosqueta, y ahí, sentada en la banqueta entre los arbolitos, una morra me "rescató". Era morenita, delgada, con el pelo negro hasta los hombros, traía guantes y hasta una cicatriz en la boca. Me soltó el "Oral en 150 varos". Yo medio dudaba, pero luego me dijo: "Ándale, te la mamo bien rico hasta que acabes". ¡Ahí sí me ganó!
Nos fuimos al Drigales (pinche hotel culerísimo, parece obra negra y lleno de chacas que dan mala vibra). Ya adentro, le di sus 150 y me pidió el condón. Se lo di, y la muy cabrona me dijo: "Tú no me has dado nada". Yo de: "Pero si acabo de dártelo". Y la morra se puso al pedo, toda prepotente. Como vi que no iba a hacer nada, le dije tranqui: "Órale, pues devuélveme mi lana". Y me soltó un "No te voy a devolver ni madres" y salió corriendo.
Al salir, los chacas esos ya estaban al tiro, como si ya supieran. Uno me dijo: "No te quieras pasar de verga, o te va ir mal". Ni modo, me tuve que rajar del Drigales sin mi dinero, sin servicio y hasta con coraje.
¡Pinche estafa culera! Pero bueno